Los pinos escogidos, pelados, adornados en algunos de los casos, y posteriormente ‘pingados’, son en cada localidad punto de encuentro, motivo de fiesta y seña de identidad entre pinariegos. En Molinos de Duero la pingada es muy participativa y cuenta además con el acarreo del mayo con una pareja de bueyes serranos.
Desde tiempos inmemoriales, los mozos de la localidad suben al Monte a recoger el pino elegido y talado por ellos días atrás y lo transportan con carretas y bueyes hasta la plaza donde les esperan el resto de vecinos. El sistema de izarlo se realiza con aspas de cabríos de madera (pinos jóvenes) de distintas longitudes con las que poco a poco y con ayuda del empuje y trabajo de los mozos y casados del pueblo, se consigue introducir en un pozo, donde permanecerá pingado hasta el último fin de semana de Agosto, momento en el que bajo la supervisión de expertos y un espacio bien controlado, se corta y cae sobre la plaza con toda seguridad para el público. Si alguien está interesado en adquirir ese pino mayo, el dinero se destinará a los mozos del pueblo para una cena o para las fiestas del pueblo.