Como dicta la tradición, la chavalada de Arcos de Jalón que ha cumplido o cumple 18 años en el año en curso, se reúne en Semana Santa para celebrar su ‘Noche de los Quintos’, la noche del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección. Como misión, izar un chopo en la Plaza del Tostadero, sobre el que colgar y quemar un «Judas». Todo ello ante las risas, burlas y miradas de los «veteranos», que intentan boicotear el acto.
Ya durante la tarde del sábado los Quintos se dejan notar por Arcos de Jalón, acompañados por la Charanga. Después de todo el día, y toda la noche, de celebración, acuden a la plaza del Tostadero, donde ya les espera un numeroso público deseoso de comprobar las habilidades de la chavalada para «pingar» el Chopo. Después queman el Judas, y se dirigen por las calles de la localidad pintando sus macetas con flores para «agasajar» a sus seres queridos, finalizando con esto una de las tradiciones más características y singulares de la Semana Santa de Arcos de Jalón.
El origen de este rito viene del Neolítico, en la que la fertilidad era uno de los elementos adorados ya que era la que daba buenos cultivos. La tierra era la Diosa Madre que quedaba fertilizada al introducir el árbol en ella. También hace referencia a la fertilidad femenina y a la potencia sexual del hombre; ya que la fecundidad es la que asegura la continuidad de las especies, siendo ésta la fuerza primordial, poderosa y ciega que mueve y que da la vida.