Visitaremos una plantación; después de una breve explicación de lo que rodea a este diamante culinario, saldremos a buscarlo… bueno, mejor dicho ¡a cazarlo!, acompañados del propietario de la finca y el protagonista del día: su perro.
La “caza de la trufa” se ha practicado durante muchos años bajo un halo de misterio y hermetismo propiciado por los propios truficultores, siendo recientemente cuando se ha levantado ligeramente ese secretismo.
Ahora tienes la oportunidad de disfrutar esta experiencia que involucra al 100% de tus sentidos, y experimentar el mundo de la Trufa, territorio vedado para la mayoría hasta hace bien poco ¿lo vas a dejar pasar?