Tras la ceremonia eucarística en la ermita, los vecinos y visitantes disfrutaron en la pradera de un vermouth y la posterior comida y degustación de la caldereta, con 300 kilos de carne. Una vez transcurrido el día, se ha vuelto al pueblo en procesión con la imagen de la Virgen, con danzas y bailes populares, a cargo de los hombres casados del pueblo.