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19-23 abril «Ruta de carreteros por Pinares»

Descripción

Comienza este viernes una de las rutas más simbólicas para los carreteros con la celebración de su 25º edición, en la que se recorrerán a pie hasta quince localidades de la comarca de Pinares en apoyo a la declaración de la Suerte de Pinos como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.

En esta madrugada de viernes la ruta a pie ha comenzado, partiendo desde la población pinariegoburgalesa de Quintanar de la Sierra en dirección a Duruelo de la Sierra, donde los carreteros y los bueyes serranos llegan en torno a las dos de la tarde al paraje de Santa Marina, habiendo recorrido los 15 kilómetros que separan ambos pueblos por el monte, por la senda soriana, no sin antes parar en Regumiel de la Sierra a mitad de trayecto.

Ya en la localidad durolense, los carreteros comerán en uno de los restaurantes de la población, para dar paso a una tarde con varios actos como la proyección del vídeo sobre la confección de la Suerte de Pinos y la presentación de la Carta Puebla de Duruelo, el documento donde se concedió a los vecinos el derecho de cobrar por los recursos forestales. La tarde se completará con exhibición de corte de tronco.

Para este sábado, los carreteros realizarán un nuevo trayecto de 16,5 kilómetros desde Covaleda hasta Vinuesa con salida a las 8.30 horas de la mañana, almuerzo en Molinos de Duero y llegada a la villa visontina en torno a las 14.30 horas, también con varios actos por la tarde. La ruta continuará el domingo desde El Amogable hasta Navaleno con un trayecto de 13 kilómetros.

San Leonardo de Yagüe será el último pueblo soriano al que se llegará el lunes a las 8.30 horas a la plaza mayor, desde donde se saldrá en dirección a la zona burgalesa, concretamente a Hontoria del Pinar y Rabanera del Pinar. La ruta culminará el martes desde Palacios de la Sierra hasta Vilviestre y seguido a Canicosa, donde se culminará la hazaña con un Ajo Carretero popular. En todas las jornadas se pernoctará en los polideportivos de cada localidad.

Cultura carretera

En su misión por recuperar y divulgar la cultura carretera, la Cabaña Real de Carreteros  lleva desde el año 2000 organizando su Ruta Carreteril a través de centenares de pueblos y ciudades, recorriendo con sus yuntas de vacas serranas los tradicionales itinerarios de los carreteros y otros de importancia histórica como el Camino de Santiago o el Sepelio de Felipe el Hermoso.

Su verdadero título era Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros, Trajineros, Cabañiles y sus Derramas.

Instituida por los Reyes Católicos en 1497 aunque ya existía con anterioridad, su fin era el de organizar el transporte que garantizaba el abastecimiento del reino y las necesidades de la propia corona. Estaba dotada de una organización jurídica y jerarquizada tanto a nivel nacional (juez protector), como regional y local (alcaldes de cabaña), y gozaba de algunos privilegios como el paso y pasto de ganados o maderas para el arreglo de carros, además de exenciones de portazgos y del servicio militar.

Los pueblos que componían la hermandad serrana eran los siguientes: de Burgos: Canicosa, Hontoria, Palacios, Quintanar, Regumiel y Vilviestre de la Sierra; y de Soria: Casarejos, Covaleda, Duruelo, Molinos, Navaleno, Salduero y San Leonardo de Yagüe; posteriormente se añadieron las derramas de Abejar, Cabrejas, Herreros y Villaverde del Monte.

Según el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1753, la hermandad estaba compuesta por 1.112 carreteros, sobre un total de 1.912 vecinos, poseedores de 8.642 carretas de las que 6.000 eran de “puerto a puerto”, es decir, capaces de ir de Santander a Sevilla con 22.331 bueyes y vacas serranas negras, como se extrae del libro “Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros” de Pedro Gil.

Los transportes de los carreteros habitualmente servían a la corona: tropas y vituallas, obras oficiales como El Escorial, maderas y alquitranes de la Real Armada a los puertos del Cantábrico, monopolios como los de la sal de Poza, Añana o Imón, y siempre, el abastecimiento a la Villa de Madrid.

Entre los transportes privados destacan el de lana para la exportación, el del negocio de ultramar con Sevilla y, sobre todo, el de madera para multitud de edificios, algunos de ellos singulares como el Conjunto Palacial de la Villa de Lerma o la Catedral de Burgos.

Sus privilegios, como los del Honrado Concejo de la Mesta, decaen a mediados del siglo XIX, pero es principalmente la pérdida del peso y el poder de las ciudades castellanas de interior frente a las de la costa y el transporte marítimo y ferroviario, los que liquidan la gran carretería serrana.

19-23 abril «Ruta de carreteros por Pinares»

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